«No entiendo de dónde le sale la musicalidad a mi hijo (a)» – de padres, excusas, y el rol del profesor (a)

«Ay, yo no se nada de música. No entiendo nada. No se de dónde le sale la musicalidad a mi niño/niña» – Esta suele ser una frase demasiado común en la primera entrevista con padres que desean empezar clases de violín para sus hijos. De verdad da susto que sea tan monotemático el asunto de ese primer encuentro… es como si se pusieran de acuerdo.

Aunque hace muchos años los padres metían a sus hijos a clases de instrumento por una cuestión de estatus («ay, mi chiquito toca el piano divino, ya se sabe Para Elisa«), ahora es casi moda. Y algo interesante está sucediendo: esta moda la están reproduciendo los mismos chicos, quienes ven a sus pares yendo a clases y aprendiendo este nuevo lenguaje musical, queriendo así imitar a estos modelos de éxito. ¡Esta moda sí que la apoyo!

Entonces… llega el papá o mamá, y cuando el estudiante va avanzando, afinando mejor cada nota, memorizando piezas, leyendo un par de notas en el pentagrama, siguiendo el pulso y ritmo, salen con la frase célebre antes mencionada. No falta el «su bisabuelo tenía un piano, medio le enseñó a un tío pero ahí murió la cosa. A mi chiquito le salió en la sangre, pero a mí, no.»

Lo más triste del asunto es que la mayoría de padres utilizan esto como excusa para no meterse de lleno en el proceso de aprendizaje de sus propios hijos. Es decir, cuando el niño tiene dificultades para sacar una pieza, o algo le suena desafinado, o no entiende un ritmo, ¿va a darle la misma respuesta que a mí– «ay, yo no se, no entiendo nada»?

Yo se que para muchos esa falta de conocimiento en música los aterra, ¿¡¡a quién no!? Leer esos jeroglíficos, con notitas tan pequeñas que ya después de cierta edad hace falta brazo para enfocar, que la corchea y la negra y la blanca, además de que son solo 7 notas repartidas en diferentes alturas y un sol se llama igual a otro sol pero suenan diferente…. Yo se, es un enredo. Es realmente abrumador. Pero no se den por vencidos, por favor.

Empatía

Paciencia

Amor

Si se hace un pequeño esfuerzo por aprender lo básico, los chicos se sienten apoyados en este camino que no es fácil. Además, cuando el padre de familia empieza a hacer lo mismo que su hijo, se da cuenta que exigirle la perfección y buena calidad en la interpretación no es asunto fácil; ya sea tocar una sola cuerda, poner un solo dedo, TODO tiene su técnica. Esta empatía hace que definitivamente haya más paciencia, y sobre todo amor dentro del aprendizaje del instrumento dentro del hogar.

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Le aconsejo a los padres siempre estar dentro de las clases. Yo se que a muchos profesores esto no les agrada, pero es TAN importante para los niños, porque hay todo un lenguaje y manera de hacer las cosas que el padre debe de ir aprendiendo también. Por ejemplo, es típico que recién llegando a la clase, al revisar lo que quedó de tarea, al primer intento no suena muy bien (nervios, falta de calentamiento, que se yo). Entonces ahí empieza el padre a excusarse: «es que no entendía y yo como no se no le pude explicar… ya le dije muchas veces que tiene que subir el codo… no tuvimos tiempo de practicar porque está en exámenes…» etc etc etc. Pero son eso, excusas, y la verdad uno ya sabe todas estas cosas, no es nada nuevo, todos pasamos por ahí. Entonces este espacio dentro de la clase, en donde está presente el padre o encargado, nos da la oportunidad como profesores de ir educándolos a ellos también en cómo sacarle provecho a la experiencia, y en vez de poner excusas, dar soluciones: «muy bien, ya calentaste un poco y puedo ver que memorizaste las notas. Ahora lo vas a volver a tocar, concentrate en lo que hablamos del codo la semana pasada» y listo. Cero excusas.

Como profesores tenemos la responsabilidad de enseñarles a los padres a ser un apoyo en vez de un elemento de presión

Como profesores tenemos la responsabilidad de instruir a los padres también, tal vez no específicamente en qué es un sol y cómo se toca (aunque eso sería espectacular), sino también en cómo ayudarles a sus hijos a no tirar la toalla, a ser un apoyo en vez de un elemento de presión.

¿Entonces, como padres, qué pueden hacer para no tirar la toalla?

  • Aprender el instrumento: esto es lo ideal. Antes de que su hijo o hija comience las clases, tómese el tiempo para aprender lo básico (unas 4 canciones iniciales) para que comprenda las maneras en las cuáles puede ayudar
  • Whatsapp: enviar preguntas, videos, reconocimientos, agradecimientos 🙂
  • «No atravesar el caballo»: O SEA, un buen profesor va a saber lo que está haciendo y va a tener un plan en mente *individualizado* de cómo ayudarle a cada estudiante. En clases los padres deben tomar apuntes (y videos!), pueden hacer preguntas aclaratorias, pero nunca interrumpir la conexión profesor-estudiante. El profesor o profesora sabrá cuándo y cómo dirigirse al padre para acotaciones.
  • Comunicación con el profesor: ahora hay muchos medios, y aunque a veces sea fuera de horario, creo que todos en el fondo estaremos muy orgullosos de saber que el padre o madre está lo suficientemente involucrado para enviar mensa
    jes un domingo a las 7pm. En la medida de lo posible, 
    contestaremos… O al menos un «lo veremos en clase, no se preocupe».
  • Repaso: cuando algo «no sale», no crea que va a ser el único preocupado. El profesor probablemente estará quebrándose la cabeza para idear todo un plan de opciones para mejorar. El repasar piezas amadre ayudantiguas siempre es un refuerzo para el autoestima, porque además los mismos estudiantes se darán cuenta que lo que en un momento les costó, ahora se les hace más fácil.
  • Leer: hay cualquier cantidad de artículos y libros, tanto físicos como online, sobre la experiencia de los padres en ambientes de enseñanza musical. El clásico es «Nurtured by love» de Shinichi Suzuki; aquí se responden el 98% de dudas de los padres primerizos… ¿podrá hacerlo? ¿tiene el talento? ¿cómo lo debo preparar? ¿quién se involucra? ¿cómo es el proceso?.

Así como sucede en la escuela, a los niños se les inculca una disciplina y responsabilidad para hacer sus tareas en casa. Al inicio es necesario sentarse con ellos, revisar su caligrafía o cálculos de manzanas y peras. Luego, se les va soltando poco a poco. Cuando están en 9no año, quizás no recordamos algunas partes de la materia que ven en el colegio, pero los instamos a estudiar y buscamos información que les ayude. Es exactamente lo mismo con un instrumento: desde el inicio, debe haber un involucramiento y ayuda, una mano que guíe sus pasos, para que «aprendan cómo aprenden», y así, irlos soltando poco a poco.

 

 

Un comentario en “«No entiendo de dónde le sale la musicalidad a mi hijo (a)» – de padres, excusas, y el rol del profesor (a)

  1. Sonia dijo:

    Bueno, yo no podía estar en clases por horario de trabajo . Un día pude y fue terrible … el profe me pareció dictador.. es importante educar a los padres para que comprendan cuál debe ser su papel

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